Una Llamada En La Noche
¡Llama a Karyn! Esas palabras me despertaron de un sueño profundo. Eran justo las tres de la mañana. Mi hermana menor Karyn, estaba cursando su último año en la Universidad de Eastern Michigan, y no podía despertarla sabiendo lo mucho que estaba estudiando para sus exámenes. Además de eso, mi alarma sonaría en dos horas y tenía mucho que hacer al día siguiente. Tenía a mis dos hijas en la escuela, estaba trabajando 10 horas en la oficina, debía cocinar la cena, y además revisar las tareas escolares. Necesitaba cada hora de descanso que pudiera conseguir. "La llamaré en la mañana", pensé. Me acosté y cerré los ojos. Pero volví a escuchar la voz: "¡Pattie, llama a Karin!". ¿Me estaba volviendo loca? Si la llamo ahora, ella va a pensar que perdí la razón. "¡Llama a Karyn! ¡Ahora!". Encendí mi lámpara de noche y marqué el teléfono. Entonces oí la voz de mi hermana. Ella estaba aturdida por la llamada. Pocos minutos después colgué el teléfono sintiéndome avergonzada. La mañana llegó demasiado pronto. Me levanté y preparé el desayuno para las niñas. Mientras comíamos sonó el teléfono. Era Karyn, y me dijo: "¿Pattie?, estoy saliendo de la sala de emergencias". Karyn dijo que después de colgar el teléfono, sus ojos estaban ardiendo y era difícil respirar. Entonces fue a la cocina por un vaso de agua. Al encender la luz, vio una extraña niebla en el aire. Como pudo abrió la puerta y llamó al vecino, y segundos después se desmayo. El vecino llamó al 911. En la sala de emergencias se dieron cuenta de que estaba intoxicada. Karyn me dijo: "El doctor dijo que era un milagro que me hubiera despertado en ese momento, porque había una fuga de gas y pude haber muerto envenenada”. Ahora entiendo que todo lo que pasa está dirigido por Dios. Patricia Joseph-Lyle
Está historia nos demuestra que Dios cuida de cada uno de nosotros. A veces creemos que pasamos desapercibidos, pero hay un Dios amoroso en los cielos, que sabe de nuestros conflictos y de nuestras aflicciones. No estamos solos, aunque muchas veces así lo parezca. No te preocupes que en medio de tu noche, cuando parezca que ya no hay salida, la solución llegará a ti en la forma que menos lo esperas. No te rindas. ¡Que Dios te de un Feliz Día! Any Aular
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